¿Es posible una vida sin problemas?
¿Te has preguntado alguna ves si es posible una vida sin problemas? O tal vez te haya surgido el interrogante de porqué la vida es tan dificil y llena de problemas.
¿Habrá una forma para resolverlos? ¿O simplemente hay que sufrirlos y nada más?
La psicología gnóstica nos brinda herramientas precisas que podemos utilizar en nuestra vida y dar un paso hacia adelante hacia la verdadera libertad y la paz. Ya que estas comienzan en nuestro interior.
Eventos Vs. Problemas
Ante todo debemos diferenciar lo que son los eventos y lo que son los problemas.
Desde el punto de vista Gnóstico, los eventos son todas las circunstancias que nos suceden. Son externos y ajenos a nuestra voluntad. Ponemos algunos ejemplos: el clima, el tránsito, la demora del transporte público, la forma en que los demás nos tratan, el precio de los alimentos, el resultado de nuestro equipo favorito, la rotura de una parte de nuestra casa, etc. En fin, todo lo que en nuestra vida nos sucede “desde afuera”.
Los eventos en sí mismos, no son ni buenos ni malos. Son simplemente cosas que nos suceden. Cómo uno toma eso, he ahí el “problema”.
¿Pero qué es un problema?
Un problema es una forma mental con dos polos, uno positivo y otro negativo. Aclarando, una forma mental es algo que no tiene realidad. Es decir, una fantasía sin sustento.
¿Cómo? Se preguntarán los lectores; mi problema, ésta terrible situación que estoy pasando, que no me deja dormir, que me tiene casi sin comer, que no me permite disfrutar, que cada vez que me acuerdo… me entristezco; ¿no es real? Bueno, ahora pasamos a explicar.
Entonces, los problemas son formas mentales sostenidas por la mente. Y su “realidad” se debe a que la mente está encerrada en dicha fantasía. Es más, las preocupaciones no sólo no resuelven los problemas, sino que dañan la mente y el cerebro.
Solución o Disolución
Pongamos un ejemplo concreto: una persona no tiene el dinero para pagar el alquiler de su vivienda, razón por la cual lo van echar de su casa. Pero una cosa es el evento concreto y otra el problema. Dicha situación se podrá resolver o no, lo que no quiere decir que seamos capaces de vivir sin temor al desalojo, he ahí la oportunidad para lograr aprender, no a solucionar, sino a disolver los problemas.
Cómo reza el proverbio oriental :
“Si tu problema tiene solución, ¿por que te preocupas? Y si no la tiene… ¿Porqué te preocupas?”
Aclaramos entonces que preocuparnos por pagar la renta, no va a reunir el dinero de la misma. Ocuparnos sí lo hará. Gravitar todo el día con el problema en la mente no lo soluciona, al contrario. Nos quita la claridad para disolverlo.
Parte de la disolución del problema consiste en olvidarlo, o mejor, no pensar o preocuparse por él.
Pensar – Sentir – Actuar
En nuestra realidad psicológica podemos distinguir tres aspectos fundamentales en nuestras formas de reaccionar frente a los eventos. Dichas formas son: con el pensamiento, con la emoción y con la acción.
A dichos aspectos la Sabiduría Gnóstica los denomina cerebros; el cerebro pensante, el cerebro emocional y el cerebro motor. Nuestra vitalidad está dividida en tercios en cada uno de ellos.
Cada vez que queremos resolver los problemas lo hacemos desde una visión parcial de uno de estos cerebros. Y por ser incompleta, no da la solución del mismo.
Disolver el problema, olvidarlo, consiste en salirse de la visión incompleta de un solo cerebro y gravitar en los otros cerebros.
En el ejemplo anterior, si pensamos todo el día en que no podemos pagar el alquiler; realmente, no obtendremos el dinero para hacerlo. Al contrario, nos quitará la energía, la capacidad de crear nuevas e ingeniosas formas de resolver la situación.
Cuando vivimos sin el temor y sin proyectarnos al futuro y sin las cargas dolorosas del pasado; abrimos las puertas para las muchas sorpresas agradables que nos tiene la vida. Y lo insoluble se transformará en soluble, lo que antes veíamos por imposible, será tan fácil cómo tomar un vaso de agua.
Debemos aprender a manejar sabiamente los tres cerebros; la acción, el sentir y el pensar, trabajando en perfecto equilibrio y armonía nos harán hombres y mujeres no sólo diferentes, sino que también con más vitalidad, con más ganas de vivir, con más capacidad de afrontar los eventos de la vida y buscar la felicidad en cada instante.
Que hermoso quiero ser parte del aprendizaje
Muy buena eeflexion megusta lo voy a intentar
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