A lo largo de la historia de la humanidad, científicos, místicos, y todo tipo de persona han buscado a través de la música generar estados emocionales que los conecten con lo que en ese momento necesitaban. Existe desde hace cientos de años, un tipo de música capaz de generar estados y efectos sumamente positivos en nuestra salud: Esta es LA MÚSICA CLÁSICA.
La música clásica en la salud
Los efectos de la música clásica sobre la salud son estudiados por profesionales desde hace décadas, considerada hoy en día como una terapia, ya que se producen mejoras en la mente y las emociones. Diversos estudios demostraron también que este género musical crea un estado meditativo y ondas cerebrales lentas que permiten conciliar el sueño más fácilmente.
Además, escuchar música clásica un par de veces a la semana reduce los niveles de estrés y ansiedad y de esta manera se reduce también la presión arterial. Según las comparaciones realizadas por la universidad de San Diego entre estilos : Música clásica, pop, jazz u otras, las personas afines a la música clásica tienen niveles más bajos de presión arterial.
Durante el embarazo , cuando la futura madre escucha música clásica, el feto es estimulado favoreciendo su desarrollo. Ya que los niños intrauterinos escuchan a partir de la semana veinticuatro de gestación. Para ello, los compositores más recomendados son Mozart, Bach y Vivaldi.
En los niños, la audición de la música clásica mejora capacidades como la memoria, la atención y la concentración. Estimula el área derecha del cerebro potenciando su capacidad para realizar cualquier otra actividad artística como el dibujo o la pintura. Por lo tanto, favorece el desarrollo integral al actuar sobre múltiples áreas de su actividad. Si un niño está mostrando poco interés y dedicación sobre las tareas de la escuela, estudiar un instrumento puede ayudarlo a mejorar su rendimiento y coordinación.
La música clásica influye sobre nuestro estado de ánimo y provoca una serie de sensaciones que involucran a todo el cerebro. Esta influencia hace posible en algunos casos , reducir el dolor producido por alguna enfermedad. Por ejemplo; escuchar música clásica u ópera tras una operación o trasplante , puede significar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Ello se debe a su capacidad para reducir la ansiedad, el dolor , las náuseas e incluso mejorar las respuestas del sistema inmunológico del organismo.
La respuesta de las hormonas ante la música clásica
Estudios realizados por investigadores de la Universidad de Helsinsky, determinaron que escuchar música clásica frecuentemente, produce un incremento en la secreción de dopamina. Y esto incrementa la capacidad de aprendizaje , la motivación y la memoria. De esta forma, se añaden beneficios en la actividad cerebral.
La música clásica es utilizada también en tratamientos de afecciones neurológicas como el el Alzheimer, Parkinson , el síndrome de Tourete y diferentes formas de autismo.
El Efecto Mozart
Distintos investigadores aseguran los beneficios obtenidos al escuchar la música compuesta por Wolfang Amadeus Mozart. Entre ellos, mejorar el razonamiento espacio-temporal, la memoria a corto plazo y mejorar casos de depresión. El precursor de esta teoría explica por qué Mozart: porque los ritmos y frecuencias que utiliza dan una sensación de libertad y rectitud y nos permiten respirar, pensar y reflexionar con facilidad. También acrecientan nuestro potencial creativo de una manera más natural y nos regala una sensación de seguridad permanente. El milagro de Mozart es colocar al ser humano al unísono con la armonía universal.
Te invitamos a descubrir no sólo la maravillosa música de Mozart, sino también la de todos los grandes maestros de este género, comprobando por ti mismo, todos los beneficios que sus armonías tienen para regalarnos. Date la oportunidad de elevar tu vibración y mejorar tu salud integral.
Hermoso!!!
Muchas gracias por tu aportación. Feliz semana.
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