¿Existe el Destino?
Esta pregunta es tan controvertida que ha conducido a lo largo de la historia a múltiples discusiones filosóficas. Por un lado hay quienes opinan que todo está escrito y que sucederá lo que tiene que suceder hagamos lo que hagamos. Otros consideran que no hay nada preestablecido y que todo depende de nuestros actos. Hay quienes afirman que si bien hay un Destino preestablecido éste puede cambiar. Ante todo esto, la sabiduría gnóstica afirma que la ley del destino es una de las leyes universales que rige al ser humano.
Desde tiempos inmemoriales el Hombre ha intentado de diferentes maneras lograr descubrir y predecir los eventos valiéndose de las más diferentes disciplinas: la magia, la ciencia, sabios, oráculos, los astros, las matemáticas etc. Sabemos del famoso legado de A. Einstein hablando de la Relatividad del Tiempo; de la Curvatura del Tiempo y del Espacio e incluso una frase que nos hace reflexionar: “El Azar no existe, Dios no juega a los dados”.
También tenemos el ejemplo del Famoso Oráculo de Delfos cuya Inscripción (según Tales de Mileto) advertía a aquellos que iban a consultar por su Fortuna y Destino: “Te advierto, quien quiera que fueses, Oh! Tú que deseas sondear los arcanos de la Naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo, aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si tu ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿Cómo pretendes encontrar otras excelencias? En ti se halla oculto el tesoro, de los tesoros. Oh! Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los Dioses”.
¿Casualidad o causalidad?
A menudo coincidimos con otras personas, en tiempo o lugar, con situaciones similares, y consideramos esto, como algo que es producto del azar. Atribuimos a lo bueno y agradable que nos pasa, como buena suerte, y a lo malo y
desagradable, como mala suerte. Sin embargo, al estudiar y analizar las situaciones de nuestra vida, así como nos enseña la sabiduría gnóstica, vamos comprendiendo que todo lo que sucede es movido por una causa. Además, cada eventualidad trae aparejada una enseñanza. “No hay causa sin efecto, ni efecto sin causa“. A toda acción le corresponde una reacción“, expresa claramente un principio de la física.
Comprender los hilos que mueven cada suceso de nuestra vida, implica prestar atención y estar consciente del aquí y ahora en cada instante.
Las casualidades no existen: el cosmos posee un orden y una armonía que se refleja en todo lo conocido, desde los átomos en una molécula, hasta los grandes sistemas planetarios.
Las Leyes Universales
Las ley de destino es una ley universal, como tantas otras, pero que la mayoría desconoce. Afortunadamente la Cultura Gnóstica nos enseña que así como existen en la sociedad leyes que ayudan a mantener el orden y la organización, también existen leyes universales que organizan el cosmos. Estas son leyes presentes en la naturaleza o también llamadas leyes Metafísicas. Y a pesar de que a veces no las conocemos ellas inciden y rigen nuestras Vidas.
Existe, por ejemplo la Ley del Retorno, de la Evolución y la Involución. Ellas explican el peregrinaje de nuestra Esencia a través de las existencias. A ese proceso se le llama Retorno, durante el cual la esencia busca emanciparse de sus prisión (El Ego) y va haciendo un aprendizaje. También conocemos acerca de esa famosa ley de compensación universal presente en la naturaleza o como también se la conoce La Ley del Karma. El axioma de esta ley dice que toda causa tiene una consecuencia, y toda consecuencia ha tenido una causa.
Para muchos esta Palabra Karma (muy Conocida y mencionada por estos días) es sinónimo de castigo. Sin embargo, La Cultura Gnóstica enseña que esta palabra nos indica algo mucho más profundo. A tal punto, que podemos decir que es sinónimo de oportunidad y aún más afirmamos que es una “Medicina para Nuestra Alma”.
La Gnosis explica que aquellos eventos, circunstancias, personas etc, que se nos presentan a diario han tenido el origen o su causa en nuestro comportamiento mental, emocional y físico. Que si pudiéramos observarnos de manera objetiva con la sana intención de auto explorarnos y auto descubrirnos podremos darnos cuenta que el origen de esos eventos no está fuera sino dentro de cada uno de nosotros. Que todo lo que nos sucede a diario en lo profundo tiene por motivo enseñarnos y mostrarnos que es lo que nos sobra y que es lo que nos falta. Sin embargo, las personas jamás reflexionan acerca del por qué de las situaciones y prefieren protestar , quejarse, insultar o culpar a los demás por las mismas.
La vida es una escuela
Veamos que todos los grandes Sabios de la Humanidad han sido Maestros de la Vida, porque han entendido que la Vida es una Escuela y que en ella está la Sabiduría que tanto se anhela. La clave está en aprender de los eventos y de cada uno de los procesos por los cuales pasamos.
Es así que para encontrar las claves de nuestra propia vida y transformarnos en los arquitectos de nuestro propio destino necesitamos, en primer lugar, observar nuestra vida, a nosotros mismos, conocernos profundamente. De esta manera podremos encontrar las causas de lo que nos ocurre a diario y con el poder de la voluntad modificarlas, para que se modifique el efecto.
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