Pentagrama

Simbolismo del Pentagrama

En el ángulo superior del Pentagrama encontramos el signo del planeta Júpiter, expresa ascendencia del espíritu y representa el “Padre de todos los dioses”.

Debajo del signo de Júpiter encontramos los ojos del Espíritu, representa la vigilancia invisible, que en todo es siempre presente.

En el lado derecho e izquierdo superior (los brazos) están los signos de Marte, simboliza la fuerza.

En el centro del Pentagrama están los signos de Mercurio y Venus, unidos representan el masculino y femenino que todo hombre y mujer tienen, alegorizan el Hermafrodita.

Debajo de los signos encontramos las dos alas, que representan el ascenso del fuego sagrado a lo largo de la espina dorsal abriendo las siete iglesias del Apocalipsis de San Juan (los siete chakras).

 El caduceo de Mercurio: Mercurio es el Dios Romano, el Hermes griego, es el mensajero de los dioses, y es el planeta que está más cerca del Sol, por eso es el ministro del Sol. Sin Mercurio no sería posible llegar a la Auto Realización Intima del Ser. Según la sabiduría egipcia, Toth es Hermes, el gran Hierofante, el Gran Instructor, el que nos eleva de iniciación en iniciación. Él es el “Ens Seminis” en nosotros. Sobre el Caduceo de Mercurio aparece el símbolo de ese planeta. El Caduceo de Mercurio tiene las alas del Espíritu siempre abiertas, cuando la serpiente ígnea llega a la altura del corazón recibe las Alas, entonces tiene plumas, éste es el Quetzal, el pájaro serpiente, la serpiente emplumada.

Este Caduceo está en la espina dorsal del hombre. Las dos serpientes enroscadas son los dos cordones simpáticos Idá y Pingalá, por esos cordones sube la energía creadora hasta el cerebro. Pues el fuego Flamígero sube por el canal medular y sus dos polos de energía ascienden por los dos canales, de esta forma se origina una circulación que parte del conducto central para distribuirse luego por todo el organismo.

En la Estrella Flamígera, el Caduceo está en el centro, porque el trabajo principal es con el Caduceo.

Este símbolo representa la transmutación del esperma en energía. Hay que despertar el Fuego Sagrado y hacerlo subir por la espina dorsal hasta el cerebro, sólo así es posible desarrollar todas nuestras facultades y poderes.

El secreto está en no derramar el “Vaso de Hermes Trismegisto”, entonces la energia se polariza en positiva y negativa, éstos son átomos solares y lunares de altísimo voltaje que ascienden por Idá y Pingalá, estos átomos hacen contacto en el Tribeni, cerca del coxis, y entonces por inducción despierta una tercera fuerza: el Fuego Sagrado.  Los dos cordones ganglionares son semi-etéricos, semi-físicos, se enroscan en la médula formando el Santo Ocho, el símbolo del infinito. En el varón los dos testigos salen de los testículos, y en la mujer salen de los ovarios. Van ascendiendo alternativamente de derecha a izquierda hasta formar un nudo maravilloso entre las dos cejas, luego prosiguen por las fosas nasales. Los dos testigos conectan a los órganos creadores con las fosas nasales.

Estos son las dos olivas y los dos candeleros que están delante del Dios de la Tierra. Y si alguno quisiera hacerles daño “sale fuego de la boca de ellos y devora a sus enemigos”. Estos tienen la potestad de cerrar el cielo que no llueva en los días de su profecía, y tienen poder sobre las aguas (humanas), para convertir en sangre y herir la tierra (filosófica), el organismo humano de los fornicarios, con toda plaga cuantas veces quisieren (de acuerdo con la ley).

El Akasa asciende como el Fuego Flamígero por el canal medular y sus dos polos de energía. En el corazón de la Tierra se halla el símbolo del Infinito, el Santo Ocho es la llave de Poderes.

El Mercurio debe ser fecundado por el azufre (fuego sagrado). La purificación del mercurio está simbolizada por los cuatro colores de alquimia: negro, blanco, amarillo y rojo.

La Copa: Es el Cáliz Sagrado, el Santo Grial. La Santa Unción que Jesús dio en la última cena. El Cáliz representa el Yoni, el Vaso de Hermes.

El Cáliz también representa la mente del hombre; el cerebro, que es el instrumento del cuerpo mental. Él es el aceite de oro puro, que sube por las dos Olivas hasta el Cáliz sagrado del cerebro para cristificar la mente entre el Fuego  abrazador del Universo. Pero no se debe verter ni siquiera una sola gota del vino Sagrado. (elemento Agua).

La Espada: Es el fuego flamígero, la energía transmutada. Representa la voluntad y el dominio sobre el Fuego. Es la espada con que Perseo corta la cabeza de medusa. Representa al elemento Fuego. Es la espada flamígera celosa del guardián del Edén.

El Bastón: La caña es el Cetro de los Maestros de la Fraternidad Blanca. En la Caña se registra el ascenso y descenso del Kundalini. Hablando en lengua esotérica la caña de bambú de siete nudos es la raíz de nuestros pies. Cuando comprendemos que las raíces más íntimas de nuestra existencia se esconden en las profundidades de nuestra médula espinal y de nuestro semen; entonces entendemos el Símbolo de la Sabiduría ardiente. Si el hombre no tuviera una columna espinal de nada le servirían los pies, porque no podría sostenerse erecto sobre ellos. Si el hombre puede sostenerse sobre sus pies espirituales es por la caña. El báculo representa además el principio masculino, el phalo; y la espada, el Fuego Sagrado. Representa además al elemento Tierra.

El bastón es la vara de Aarón y de Moisés, el cetro de los Reyes, la vara de José florecida, y es el bastón  de Brahma.

Los siete nudos representan a las siete Iglesias que se van abriendo a medida que sube la serpiente Kundalini según los méritos del corazón. En la serpiente se halla la redención del hombre, pero debemos estar en guardia contra la astucia de la serpiente. Se debe contemplar la fruta prohibida y aspirar su aroma, pero recordad lo que dijo el Señor Jehová: “si comiéreis de ese fruto moriréis”. La serpiente tiene dos aspectos: la serpiente tentadora del Edén (el órgano Kundartiguador, la cola de Satán, que nos convierte en demonios) y la serpiente que sanaba a los Israelitas en el desierto (Nm.21:4) y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así el Hijo del Hombre debe ser levantado (Jn.3:14).

El bastón es también símbolo de mando, lo usan los Papas, reyes, príncipes, sabios, pastores de ovejas, etc..

“Si quieres tu iniciación, escríbela sobre una Vara”. De nosotros depende el cetro de los reyes o el palo del mendigo.

El báculo lleva tres borlas colgadas en la parte superior. Estas son los tres centros de gravedad del Árbol de la Vida, que son los tres Logos:

Primer Triángulo: logóico, Kether, Chokmah y Binah. Su centro de gravitación es Kether, el Anciano de los Días.

Segundo Triángulo: ético, formado por Chesed, Geburah, y Tipheret. El segundo triángulo es ético y su centro de gravedad es Tipheret, el Cristo Cósmico.

Tercer Triángulo: mágico, formado por Netzah, Hod, y Jesod. Este triángulo tiene su centro de gravitación en Jesod, el Espíritu Santo. Si observamos en nuestro organismo, en el centro del loto del corazón, existe un triángulo maravilloso, ese triángulo también existe en el chacra coxígeo y en el chacra del entrecejo. En cada uno de estos chacras existe un misterioso nudo. Estos son los tres nudos. Dichos nudos revisten un profundo significado. He aquí los tres cambios fundamentales en el trabajo con la serpiente.

En el primer nudo (Iglesia de Efeso), abandonamos el sistema de derramar la energia creadora. En el segundo nudo (Iglesia de Tiatira), aprendemos a amar verdaderamente. En el tercer nudo (Iglesia de Filadelfia), alcanzamos la sabiduría verdadera y vemos clarividentemente.

El Kundalini, en su ascenso, tiene que desatar los tres nudos misteriosos. Las tres borlas del bastón de los maestros.

Los Planetas: El símbolo de Júpiter está en la punta superior, indicando con los ojos de la divinidad que todo lo ve, el padre de todos los dioses, ante él nada está escondido. Es el símbolo de nuestro íntimo.

Marte está en los brazos, significa la lucha contra el agregado psicológico. Es el planeta de la guerra y la acción que nos da la fuerza del espíritu para vencer a los malvados y a nosotros mismos.

Saturno es el anciano de los días y se encuentra en los pies de la Estrella Flamígera, es la sabiduría y representa a la muerte mística (nos paramos sobre nuestra propia miseria para servir a la Divinidad. El Anciano de los Días, con su guadaña y su reloj, preside el vaivén vida-muerte.

 Este símbolo en los pies y arriba Júpiter con los ojos del Espíritu siempre abiertos, es obvio que hace huir a las fuerzas negativas.

El pentagrama se debe trabajar con los siete metales, que atraen las siete fuerzas planetarias.

El Oro es el metal del sol, la Plata de la luna, el Hierro de Marte, el Cobre de Venus, el Azogue de Mercurio, el Estaño de Júpiter y el Plomo de Saturno.

Cada uno de los siete planetas tiene su signo kabalístico y las siete notas de la Lira de Orfeo corresponden a los planetas al igual que a los colores del prisma.

El “Padren uestro” es la  oración  más perfecta porque  tiene siete peticiones mágicas.

Los gobernadores de los siete planetas son:

  • Gabriel          Luna
  • Rafael          Mercurio
  • Uriel           Venus
  • Michael        Sol
  • Samael         Marte
  • Zachariel        Júpiter
  • Orifiel          Saturno

Los siete planetas del Sistema Solar son los diez Sephirotes y el Triuno Sol Espiritual es la Corona Sephirótica, estos diez Sephirotes viven y palpitan dentro de nuestra Conciencia.

Los siete planetas en su aspecto negativo se relacionan con los siete pecados capitales que se deben transmutar: El orgullo solar en fe y humildad. La codicia lunar en altruismo. La lujuria venusiana en castidad. La pereza mercuriana en diligencia. La cólera marciana en amor. La gula saturniana en templanza. La envidia jupiteriana en alegría por el bien ajeno.

El Sol y la Luna: El Sol representa a la fuerzas solares positivas y masculinas (el phalo), y la Luna simboliza a la fuerza femenina y negativa (el útero).

El sol y la luna se combinan dentro del cáliz (el cerebro), que se apoya sobre el Caduceo de Mercurio, con los dos cordones de Idá y Pingalá.

Las dos influencias que actúan con la piedra bruta, a la cual necesitamos darle forma cúbica perfecta, son de carácter masculino una y femenino la otra.

El Sol y la Luna también representan a los cuerpos lunares, fríos, espectrales, que se deben transformar en solares con luz propia.

Los alquimistas dicen que debemos transformar la Luna en el Sol, la Luna es el Alma, el Sol es el Cristo. La transformación de la Luna en el Sol sólo es posible con el fuego, que se enciende en el connubio del Matrimonio Perfecto.

Sello de Salomón: Indica el dualismo de todo lo que existe. Está formado por dos triángulos, uno con el vértice hacia arriba y otro con el vértice hacia abajo. Los dos triángulos juntan y separan el amor (son las dos lanzaderas con las que se teje y desteje el telar de Dios). El triángulo superior simboliza a Keter, Chokmah y Binah. El triángulo inferior simboliza a los tres traidores de Hiram Abif. Esos tres traidores están dentro de nosotros mismos. El primero es el demonio del Deseo y vive en el cuerpo Astral, el segundo es el demonio de la Mente que vive en el cuerpo Mental, y el tercero es el demonio de la Mala Voluntad y vive en el cuerpo de la Voluntad. La Biblia cita a los tres traidores en el Apocalipsis 16:13,14: “Y vi salir dentro de la boca del Dragón y de la boca de la Bestia y de la boca del falso profeta tres espíritus inmundos a manera de ranas.” Estos también son los malos amigos de Job. En la simbología cristiana son: Judas, Pilatos y Caifás. En la simbología egipcia son: Apopi, Hai, Nebt. En la simbología masónica son: Sebal, Orteluk, Stokin. El Dante representa al Lucifer en el centro de la tierra con tres bocas y en cada una de las bocas hay un traidor.

El triángulo superior es el resplandeciente Dragón de sabiduría, y el triángulo inferior es el Dragón negro. En el centro de los dos triángulos se halla el signo del infinito o de la Cruz Tao. Ambos signos son fálicos. El alma se halla entre los dos triángulos, y tiene que resolverse por el Dragón Blanco o por el Dragón Negro

 

MANTRAMS DEL PENTAGRAMA

Este Mantram consta de cinco partes:

1.- KLIM  2.- KRISNAYA  3.- GOVINDAYA 4.- COPIJANA  5.- VALLABAYA SWAHA

Este poderoso Mantram tiene tres etapas perfectamente definidas:

Al pronunciar o recitar el “KLIM”, que los ocultistas de la India llaman la SEMILLA DE ATRACCIÓN, provocamos un influjo de Energía Crística que desciende instantáneamente del mundo del Logos Solar, para protegernos y se abre entonces hacia abajo una puerta misteriosa.

Por medio de las tres partes siguientes: “KRISNAYA GOVINDAYA COPIJANA” se infunde la Energía Crística en aquel que la recita.

Por medio de la quinta “VALLABAYA SWAHA”, el que ha recibido la Energía Crística puede irradiar con tremenda fuerza para defenderse de los tenebrosos y estos huyen aterrorizados

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